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martedì 25 ottobre 2011

LA REENCARNACION Y EL KARMA

Existen evidentes distinciones en la vida de los seres: unos son felices, mientras otros desgraciados; a unos la vida le sonríe, mientras a otros los golpea; unos alcanzan éxito, son ricos, inteligentes, mientras otros languidecen en medio de contrasentidos, limitaciones, miserias, enfermedades y problemas de toda índole. ¿A qué se debe esto? ¿Acaso Dios no es justo y misericordioso y trata a todos sus hijos por igual? La repuesta a todo esto no lo puede dar ninguna religión, ningún dogma. Los males de la presente existencia son los frutos de causas indebidas y de grandes injusticias sembradas por cada quien en sus anteriores vidas y que ahora, en la presente, vienen a producir su debido efecto, sus frutos naturales, puesto que se cosecha solamente aquello que se siembra y no otra cosa distinta. Esto esta bien claro cuando se estudia la ley de reencarnación y su gemela doctrina del karma. La creencia en la reencarnación y el karma es un punto de conciencia en cada individuo. De esto se infieren dos cosas importantes: Crea el hombre en ella o no, para nada afecta ni altera su aplicación, pues el karma se cumple indefectiblemente; y no por el desconocimiento que se tenga sobre la ley del karma o por no creer en ella, el hombre se condena. Todo lo contrario, quien actúe bien, con recta intención y pureza de corazón, quien sea honesto y bondadoso, cualquiera que sea su religión, sus creencias particulares, se hace acreedor de bienaventuranzas y dicha después de la muerte. Por el contrario quien no haya cumplido con las leyes espirituales, crea en Dios o no, nacerá en condiciones difíciles, miserables, dolorosas y limitantes. La actual existencia es un eslabón más en la larga cadenas de vidas sucesivas de cada quien. Nacemos múltiples veces, centenares y miles de veces, si es necesario, con el fin de aprender y experimentar las inevitables lecciones de los mundos terrenales. La tierra es escuela de vida, mundo o taller de almas, donde se talla la piedra bruta que hay en cada quien hasta dejar al descubierto el diamante, la joya preciosa que llevamos escondida dentro. Esa piedra preciosa es el alma liberada de todo apego y maldad. Quien se deje someter por el imperio de sus sentidos, no haciendo esfuerzos serios, sinceros y sostenidos para ejercitar su voluntad, fortaleza y tolerancia y se deje esclavizar por sus cuerpos inferiores (mental y astral), queda indefectiblemente atado a la rueda del karma. Esto le significará múltiples nacimientos infelices para enfrentar y enmendar sus viejos vicios y errores. La ley del karma es la medida que se le aplica al que se ha excedido y ha sido injusto con el prójimo y con la colectividad. El hombre cambia de cuerpo así como cambia de ropa, siendo el alma la misma al regresar a reencarnar en la vida material. Una sola vida no nos hace perfectos como para dejar de regresar a la tierra a reencarnar. La tarea de la evolución es sumamente difícil, puesto que para alcanzar la perfección se requieren de innumerables sacrificios y renunciaciones. Solo las múltiples existencias donde se viene a trabajar duro, a luchar contra los malos hábitos, las erróneas tendencias, los apetitos vulgares y también el ejercitar la voluntad y la tolerancia, para con amor responder a las agresiones, a los insultos y a las humillaciones, es como logramos trascender las cadenas que atan al hombre a la rueda de reencarnaciones. Todas las cosas del Universo están indefectiblemente sometidas a la ley de la evolución, los planetas, los hombres, los animales y los minerales, cada especie dentro de una modalidad muy particular están afectados por esta sabia ley. La reencarnación fue una creencia muy común entre los egipcios, hindúes, caldeos, persas, esenios y todos los círculos iniciáticos del pasado. Toda religión tiene necesariamente dos partes: la oculta o esotérica que era exclusivamente para los sabios y puros, los que tenían las claves de los misterios y la abierta o exotérica destinada al pueblo, al vulgo. La primera, se transmitía por la tradición oral iniciática, es la que penetra el espíritu y se nutre en sus misterios que no puede ser develado sino a los más puros, a los más apegados a la vida espiritual, mientras que la segunda se queda apenas en la superficie, en el parlamento. Ahora bien, los premios y castigos derivan de la índole de nuestro carácter, que a su vez es la suma algebraica de las buenas y malas acciones. Cuando la ryork', times, serif; font-size: 19px; text-align: center; margin-top: 0cm; margin-right: 0cm; margin-bottom: 0pt; margin-left: 0cm; ">

LA VERDADERA LIBERACIÓN DEL ALMA SOLO SE DA CON LA CANCELACIÓN DE TODAS LAS DEUDAS DEL KARMA

A:.M:. Iván José Rodríguez Sarmiento

(Gran Logia Soberana de Libres y Aceptadosmasones de Venezuela)